SEATTLE – En una modesta despensa de alimentos ubicada dentro de South Lake Union, los estantes están llenos de latas donadas, productos empaquetados y productos frescos. Por ahora, hay suficiente para todos. Pero el teléfono no deja de sonar.
“Una señora dijo: ‘No he comido en un día'”, dijo Nikki Gane, directora ejecutiva de Dignity for Divas, una organización sin fines de lucro que atiende a mujeres sin hogar.
En un día normal, la despensa recibe alrededor de ocho visitantes. Mañana, Gane se prepara para alcanzar los 90.
“Es agotador. Es estresante”, dijo. “Pero asumo la responsabilidad”.
El aumento de la demanda se produce mientras más de 40 millones de estadounidenses esperan saber si se reanudarán sus beneficios SNAP.
El martes, el presidente Trump publicó en Truth Social que los beneficios de SNAP no se distribuirán hasta que el gobierno reabra, contradiciendo la declaración anterior de su propia administración de que se utilizarían fondos de emergencia para proporcionar al menos pagos parciales.
“Todo el mundo está confundido”, dijo Gane. “Los proveedores de servicios están confundidos, lo que significa que no podemos dar la información correcta”.
Para Gane, la confusión es personal. “Experimenté la falta de vivienda, así que sé cómo se siente ese espacio”, dijo.
Los funcionarios federales han planteado la posibilidad de una financiación parcial del SNAP, el 50% de los beneficios normales, pero Gane dice que eso plantea más preguntas que respuestas.
“Cuando te mueres de hambre, el 50% de cualquier cosa ayuda”, dijo. “Pero eso no significa que no vayas a caer”.
La incertidumbre se está extendiendo a todos los niveles de planificación. Gane no sabe si tendrá suficiente comida la próxima semana. Las familias no saben cuándo volverán a recibir sus beneficios ni si lo harán.
“¿Qué hacemos ahora que esto se acabó?” preguntó ella. “¿Y por cuánto tiempo va a estar fuera? ¿Cómo planeo mi futuro si cambia día a día?”
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