SEATTLE – El equipo de baloncesto femenino de la Universidad de Washington (Huskies) se unió al Centro de Autismo de la UW para presentar el primer partido sensorialmente amigable en el Alaska Airlines Arena el 23 de noviembre. Esta iniciativa busca hacer la experiencia deportiva más accesible para aficionados con autismo y sus familias, implementando adaptaciones específicas para minimizar la sobreestimulación.
“Muchas familias nos han expresado las dificultades que enfrentan al asistir a eventos deportivos debido a los altos niveles de ruido, luces y multitudes, así como el temor a ser juzgadas”, explicó Yev Veverka, del Centro de Autismo de la UW. “Hemos escuchado a numerosas familias que prefieren evitar este tipo de eventos”.
El Alaska Airlines Arena, un lugar emblemático en Seattle para eventos deportivos y conciertos, ofreció bolsas sensoriales a la entrada, que contenían tapones para los oídos, gafas de sol, tableros de comunicación y otros elementos útiles para controlar la sobrecarga sensorial. Los aficionados fueron invitados a llevar sus propios auriculares y gafas de sol en bolsas transparentes, siguiendo la política de la arena. Además, se redujeron los niveles de sonido e iluminación, y se habilitó una sala tranquila con televisores a bajo volumen y luz tenue, un espacio seguro para quienes necesitaran un respiro.
Melissa Pope asistió con su hijo Ethan, quien agradeció las consideraciones realizadas.
“Es genial que la banda esté un poco más alejada, pero aún podemos verlos y disfrutarlos, y que los pitidos no estén justo en nuestros oídos, pero aún podemos sentir que estamos viviendo la parte completa del partido”, comentó Melissa.
Charlotte, una aficionada con autismo y TDAH, utilizó un tablero de comunicación para facilitar la comunicación en momentos en que las palabras resultan difíciles en entornos estimulantes.
“Cuando no puedes expresar verbalmente lo que quieres decir o estás demasiado sobreestimulado o incómodo. Para mí, es incómodo”, declaró.
La entrenadora principal, Tina Langley, quien cuenta con experiencia trabajando con niños con autismo durante su periodo de prácticas docentes, elogió la iniciativa.
“La forma en que la comunidad puede ser útil para toda la familia es realmente importante, y esto es una comunidad: Seattle se preocupa por el bienestar de todos”, afirmó Langley.
La Dra. Annette Estes, directora ejecutiva del Centro de Autismo de la UW, destacó la asociación como un paso importante hacia la inclusión.
“Nuestro equipo de expertos trabajó codo a codo con el personal de Atletismo para diseñar un entorno que apoye a las personas con autismo y a sus familias, para que todos puedan compartir la emoción de un partido de baloncesto juntos”, explicó Estes.
El Centro de Autismo de la UW ha brindado apoyo a más de 10,000 personas desde el año 2000, ofreciendo evaluaciones diagnósticas, terapias y capacitación para educadores y cuidadores en todo el estado de Washington.
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