SEATAC, Wash. – El oleoducto Olympic permaneció fuera de servicio la noche del sábado, lo que llevó al gobernador de Washington, Bob Ferguson, a declarar el estado de emergencia debido a la posibilidad de interrupciones en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma (SEA), también conocido como Aeropuerto de Paine Field, un punto clave para el transporte aéreo en la región del Pacífico Noroeste.
“Olympic Pipeline continúa respondiendo a una fuga de productos refinados al este de Everett, Washington”, informó Christina Audisho, portavoz de BP America, en un comunicado. “El sistema de oleoducto permanece cerrado. Los equipos han excavado de forma segura aproximadamente 61 metros de oleoducto, pero aún no han identificado la fuente de la fuga. Los equipos están trabajando las 24 horas del día y continuarán con las operaciones nocturnas esta noche”.
Ferguson advirtió a principios de la semana que “si las entregas de combustible a través del oleoducto Olympic no pueden reanudarse antes de la noche del sábado, las operaciones del aeropuerto se verán significativamente afectadas”. Esta situación genera incertidumbre y preocupación, especialmente entre viajeros que viven en zonas rurales o dependen del transporte aéreo.
La declaración de emergencia del gobernador facilitó la flexibilización de las restricciones de las horas de transporte de mercancías, permitiendo la entrega de combustible al aeropuerto y minimizando el impacto en los viajeros. “Esto está funcionando según lo esperado, y más entregas de combustible están llegando al aeropuerto”, señaló la oficina del gobernador el viernes por la noche. Esta medida es análoga a las que se aplican en México o Latinoamérica para asegurar el suministro de productos esenciales en situaciones de emergencia.
El Aeropuerto SEA implementó ajustes operativos a principios de la semana, notificando a las aerolíneas entrantes para que lleguen con los tanques llenos de combustible, según la oficina del gobernador. Este tipo de precauciones son habituales en situaciones de escasez de recursos.
Un portavoz de SEA afirmó el sábado que las medidas de contingencia han sido efectivas y que “no existen impactos importantes en el aeropuerto en este momento. Las aerolíneas han gestionado bien su combustible”.
BP no ha proporcionado un plazo para restablecer el servicio. Audisho indicó que la cantidad total de producto liberado aún se está evaluando, pero hasta ahora no se ha detectado fuera del área de respuesta, ubicada cerca de Everett en una zona agrícola. La preocupación por la contaminación ambiental, un tema de creciente importancia a nivel mundial, es comprensible en este contexto.
El oleoducto Olympic, que transporta productos derivados del petróleo en la región, se cerró el 11 de noviembre debido a una fuga entre Everett y Snohomish. Los operadores notificaron al estado e iniciaron colaboración con agencias estatales y federales para contener, limpiar y reparar la línea, según BP y la oficina del gobernador. Esta colaboración entre diferentes niveles de gobierno es esencial para abordar emergencias a gran escala.
La senadora Maria Cantwell ha solicitado explicaciones a BP en relación con la fuga. La intervención de figuras políticas en situaciones de crisis es una práctica común para asegurar la rendición de cuentas y la protección de los ciudadanos.
Las principales aerolíneas informaron el viernes que el cierre no ha interrumpido los vuelos hasta el momento, y se espera que el aeropuerto reciba a unos 900.000 viajeros durante el feriado de Acción de Gracias, según Cantwell. El alto volumen de pasajeros durante los feriados complica la gestión de este tipo de incidentes.
“Con tanto en juego en el transporte fiable de combustible a través de su sistema, la seguridad de los oleoductos y la integridad operativa deben ser prioridades máximas”, escribió la senadora a Murray Auchincloss, director ejecutivo de BP. La seguridad y la confiabilidad de la infraestructura crítica son preocupaciones compartidas a nivel global.
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