El Cirujano General declara que la violencia armada es una crisis de salud pública
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El cirujano general de EE.UU. declaró el martes que la violencia con armas de fuego en Estados Unidos es una emergencia de salud pública que “requiere combinar las mejores pruebas científicas disponibles con el juicio científico y la experiencia para tomar rápidamente medidas que salven vidas”.
En un informe de 39 páginas, el médico jefe del país esbozó las estrategias y políticas de prevención propuestas para frenar la violencia con armas de fuego, incluido el aumento de la financiación de la investigación para estudiar y evaluar las estrategias de prevención, la inversión en intervenciones basadas en la comunidad y programas educativos, la exigencia de un almacenamiento seguro y protegido de las armas de fuego y la aplicación de controles universales de antecedentes para todas las compras de armas de fuego.
“La violencia con armas de fuego es una crisis de salud pública”, afirmó el martes el Dr. Vivek Murthy en una declaración grabada. “Nuestra incapacidad para abordarla es una crisis moral. Para proteger la salud y el bienestar de los estadounidenses, especialmente de nuestros niños, debemos actuar ahora con la claridad, el valor y la urgencia que exige este momento.”
El asesoramiento marcó la primera vez que el cirujano general ha abordado la violencia armada en Estados Unidos, aunque Murthy dijo a The New York Times que ha “creído durante mucho tiempo que este es un problema de salud pública.”
“Esta cuestión se ha politizado, se ha polarizado a lo largo del tiempo. Pero creo que cuando entendemos que este es un problema de salud pública, tenemos la oportunidad de sacarlo del ámbito de la política y ponerlo en el ámbito de la salud pública”, dijo.
En 2022, 48.204 personas murieron por lesiones relacionadas con armas de fuego en todo el país. La violencia ha tenido un impacto particular en los jóvenes en los últimos años, aumentando hasta convertirse en la principal causa de muerte de niños y adolescentes de 1 a 19 años. Desde 2020, la violencia con armas de fuego ha causado más muertes de jóvenes que los accidentes de tráfico, el cáncer, las sobredosis de drogas y los envenenamientos, según las autoridades.
Más allá de las muertes causadas por la violencia, “hay ondas más amplias de daño para aquellos que resultan heridos, que son testigos de los incidentes, que viven en comunidades urbanas y rurales donde se producen tales actos de violencia y que constantemente leen y oyen hablar de la violencia con armas de fuego en las noticias”, dijo Murthy.
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Durante años, el alcance del problema ha ido creciendo, impulsado por el creciente número de homicidios y suicidios relacionados con armas de fuego. En 2021, el número de muertes relacionadas con armas de fuego alcanzó un máximo de casi tres décadas. En una encuesta realizada por KFF en abril de 2023, la mayoría de los estadounidenses afirmaron haber tomado medidas para protegerse a sí mismos o a sus familiares de la violencia con armas de fuego, y el 54% dijo que ellos o sus familiares han tenido que hacer frente a un incidente relacionado con armas de fuego, como ser amenazado con un arma, tener un familiar muerto por arma de fuego o presenciar un tiroteo.
El impacto de la violencia con armas de fuego afecta especialmente a los estadounidenses de raza negra, que registran las tasas más elevadas de homicidios con armas de fuego, y a los blancos de más edad y a los indígenas americanos y nativos de Alaska más jóvenes, que tienen las tasas más elevadas de suicidio.
“No se trata sólo de un problema de orden público”, declaró a The Washington Post Alexander McCourt, investigador sobre legislación en materia de armas del Centro Johns Hopkins para Soluciones a la Violencia Armada. “Necesitamos un enfoque más de salud pública para reducir y prevenir la violencia armada”.
Los funcionarios señalaron el martes que el enfoque de salud pública “debe incluir a todos, desde los propietarios de armas de fuego hasta los trabajadores sanitarios y los líderes comunitarios” para tener éxito. Anteriormente se utilizó para abordar el consumo de cigarrillos, contribuyendo a un descenso de más del 70% entre 1964 y 2021.
Murthy declaró el martes al Times que la lucha contra el tabaquismo planteaba un reto similar al de frenar la violencia armada, ya que requería campañas de educación y concienciación combinadas con cambios culturales y políticas.
“No ha habido una sola estrategia que haya funcionado con el tabaco”, afirmó. “Eso es lo que pienso también aquí”.
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En una declaración grabada, añadió: “Nuestros hijos no deberían tener que vivir con el temor de que les disparen si van al colegio. Ninguno de nosotros debería tener que preocuparse de que ir a un centro comercial, o a un concierto, o a un lugar de culto signifique poner nuestras vidas en peligro, o que recibamos una llamada de que un ser querido en un momento de crisis se ha quitado la vida con un arma de fuego”.
“Todos nosotros, independientemente de nuestros antecedentes o creencias, queremos vivir en un mundo que sea seguro para nosotros y para nuestros hijos”.
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