Soy un corredor de…
SEATTLE – “Soy una corredora de corazón, lo he sido toda mi vida y ése es mi amor, mi pasión”, dice Lesley Mettler Auld, que no sabe si alguna vez podrá volver a correr.
Hace casi tres años, la ultrarunner, triatleta y preparadora física -que ha competido en más de 200 carreras en todo el mundo- daba un simple paseo para encontrarse con un cliente, cuando resbaló en una acera empinada y mojada del barrio de Queen Anne.
“Sólo eran cáscaras de plátano. Al instante estaba en el suelo, sentada sobre mis pantorrillas. Tenía las piernas debajo de mí y era como si estallaran palomitas de maíz. Oí todos esos estallidos”, dijo Auld.
Auld se rompió los dos cuádriceps y se rompió los ligamentos de la rodilla.
Acabó con la pierna completamente ortopédica, ha sido operada cinco veces y puede que necesite más.
Soy un corredor de
La mujer, de 53 años, sigue usando muletas y a veces tiene que subir las escaleras de su casa a gatas.
“En este momento, me dicen que necesito una prótesis de rodilla, pero los riesgos de eso son muy altos, la posibilidad de amputación es alta. Todavía estoy explorando cuál es la siguiente vía”, dijo Auld.
Tras presentar una demanda contra el Ayuntamiento de Seattle y los propietarios del edificio de apartamentos situado junto a la acera, un jurado acaba de conceder a Auld 13,1 millones de dólares.
Soy un corredor de
“Ninguna cantidad de dinero me devuelve la vida, ninguna cantidad de dinero equivale a calidad de vida. De todos los obstáculos que sé que tengo por delante, tanto médicos como el futuro y el miedo que me da, pagaría con gusto esa cantidad de dinero sólo por poder volver a correr”, dijo Auld.
La acera inclinada a menudo se llena de agua.
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