AUBURN, Wash. – Kaylee Mae Nelson-Jerry tenía 21 años cuando desapareció en el verano de 2019. Durante más de seis años, su familia ha estado buscando incansablemente respuestas sobre su paradero.
La familia, junto con los detectives que investigan el caso, ha hecho un nuevo llamado a la comunidad con la esperanza de obtener información clave. Es una práctica común en Estados Unidos que las fuerzas del orden soliciten la colaboración ciudadana en casos sin resolver, buscando testigos o información relevante.
“Cada vez que escucho el canto de un pájaro, me recuerda tanto a ella, porque si no estaba cantando, estaba silbando,” comentó Tammy Byers, tía de Kaylee, evocando un recuerdo personal. Este tipo de detalles cotidianos son especialmente significativos en la cultura latina, donde se valora profundamente la conexión con los seres queridos.
Han transcurrido seis años y medio desde la última vez que vieron a su sobrina. Tammy describe a Kaylee como una joven alegre, aficionada a los abrazos y con aspiraciones de convertirse en cantante o gimnasta.
Kaylee Mae Nelson-Jerry, de 21 años, pertenece a la comunidad nativa americana/Alaska Native, un aspecto importante para comprender su identidad y contexto cultural. En Seattle y el estado de Washington, existe una creciente conciencia y apoyo a estas comunidades, particularmente en casos de personas desaparecidas.
John Free es detective del Sheriff del Condado de King y también es el Detective de Casos Fríos de Personas Indígenas Desaparecidas y Asesinadas, una unidad especializada que refleja el reconocimiento de la problemática de la desaparición de personas indígenas en la región. Está colaborando con el Departamento de Policía de Auburn para esclarecer lo sucedido a Kaylee.
“En los casos fríos, el paso del tiempo puede distorsionar la realidad y generar rumores que se presentan como hechos,” explicó Free. “Una parte importante de nuestro trabajo es separar la verdad de la especulación.”
“Escuchamos muchas versiones, pero nos esforzamos por verificar cada dato,” añadió Byers, subrayando la importancia de la prudencia y la objetividad en la búsqueda de la verdad.
Aunque existen indicios, continúan buscando más información y solicitan la colaboración del público. En la cultura latina, la participación comunitaria en la búsqueda de personas desaparecidas es una muestra de solidaridad y apoyo a las familias.
Según John Free: “A menudo, en las investigaciones de casos fríos, se asume que, al no haber noticias, el caso está cerrado. Esta es una percepción errónea que la policía busca corregir.”
Esperan que alguien recuerde el nombre de Kaylee o vea su foto y pueda aportar algún detalle relevante. “Cualquier información, por pequeña que sea, puede ser útil,” enfatizó Free.
“Siempre estamos atentos, uno nunca sabe dónde podríamos encontrarla,” dijo Byers, expresando la persistencia y la esperanza que caracterizan a las familias en la búsqueda de sus seres queridos.
A pesar de la falta de respuestas, la familia mantiene la esperanza, un valor fundamental en la cultura latina.
“Nunca voy a perder la esperanza,” afirmó Byers. “Estaré ahí para mi hermana, para mis sobrinas y para sus hermanos.” Este compromiso familiar es un valor central en muchas culturas latinas.
Sin embargo, reconoce que la espera dificulta las celebraciones y que el dolor y la incertidumbre pueden hacer que los momentos festivos sean aún más difíciles.
Si tiene información, puede denunciar de forma anónima a Crimestoppers o llamar a la Línea de Denuncias de la Unidad de Casos Fríos de Personas Indígenas Desaparecidas y Asesinadas al 253-285-4008. Existe una recompensa de Crimestoppers de $1,000 por información que contribuya a la investigación. Crimestoppers es una organización sin fines de lucro que facilita la denuncia anónima de delitos, un recurso común en Estados Unidos.
“Solo espero que alguien nos ayude a encontrar respuestas,” expresó Byers. “Incluso si es en un lugar donde no puede regresar, al menos sabremos que está viva y a salvo. Eso es todo lo que necesitamos.”
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