AUBURN, Wash. – Las intensas inundaciones que afectan al estado de Washington han provocado el desplazamiento de cientos de personas, quienes se refugian en albergues de emergencia a medida que los ríos continúan creciendo y se amplían las órdenes de evacuación. La situación, que evoca a eventos climáticos extremos observados en nuestra región (refiriéndose a la frecuencia de desastres naturales en Latinoamérica), ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y la comunidad.
La Cruz Roja ha habilitado nueve albergues en la zona afectada del oeste de Washington, ocho gestionados directamente por la organización y uno por una agencia asociada. Hasta el último recuento, 167 personas se encuentran hospedadas en los albergues, y desde el inicio de las inundaciones, más de 970 personas han dormido en estos espacios de emergencia, lo que subraya la magnitud del desplazamiento.
El Centro Comunitario y de Eventos de Auburn se ha convertido en el principal albergue, albergando a 52 personas hasta el martes, según la Cruz Roja. Este tipo de centros comunitarios son comunes en Seattle y otras ciudades, y a menudo sirven como puntos de encuentro y apoyo en momentos de crisis.
Entre los evacuados en Auburn se encuentran Ubah Dahraan y su hijo adulto, Abdirauf Isse, quienes abandonaron su apartamento tras recibir la orden de evacuar durante la noche. La rapidez con la que se producen las evacuaciones en Washington, a veces con poca antelación, es una característica importante a destacar.
“Es incómodo, pero no tenemos otra opción”, comentó Dahraan, quien relató que su hijo ha dormido en una litera desde el sábado. Abdirauf dispone de una habitación privada en el albergue, donde se ha instalado su cama plegable.
Dahraan explicó que su hijo es no verbal y presenta movilidad reducida, dependiendo de una silla de ruedas y equipos médicos especializados. La discapacidad de Abdirauf, y la necesidad de cuidados especiales, pone de relieve la importancia de la atención a grupos vulnerables en situaciones de emergencia, un aspecto especialmente sensible para muchas comunidades latinas. Sufrió una lesión cerebral tras un incidente violento hace varios años, lo que lo ha dejado dependiente de cuidados diarios.
Al recibir la orden de evacuar, Dahraan relató que apenas hubo tiempo para prepararse. Solo pudo tomar los medicamentos y la silla de ruedas de su hijo antes de ser trasladados al albergue de Auburn en un vehículo de emergencia.
“No puedo llevarlo a un hotel, ni a la casa de un familiar, ¿dónde podría ir sin una cama de hospital?”, se preguntó Ubah, expresando una preocupación común en situaciones de emergencia, donde los recursos son limitados.
La familia dejó atrás, en su hogar, equipos especializados que facilitan el baño y el descanso cómodo de su hijo, elementos cruciales para su bienestar y que representan un desafío adicional en esta situación.
La Cruz Roja enfatizó que cuenta con equipos de respuesta a desastres capacitados para apoyar a personas con discapacidades, y que el albergue de Auburn ha proporcionado a Dahraan y a su hijo una habitación privada y un baño accesible. Alrededor de 110 personas han dormido en el albergue de Auburn desde que abrió sus puertas, sin incluir a quienes solo buscaron comida o atención en salud mental.
Actualmente, la Cruz Roja está trabajando con la ciudad para trasladar a la familia a una ubicación más adecuada, que ofrezca una cama médica y una ducha accesible.
“Buenas noticias”, dijo Dahraan, expresando su agradecimiento hacia la Cruz Roja.
La Cruz Roja se mantiene lista para abrir albergues adicionales si las condiciones empeoran o se emiten más órdenes de evacuación. La comunidad de Seattle, como muchas otras, está acostumbrada a estar atenta a las alertas meteorológicas y a la posibilidad de inundaciones, especialmente durante la temporada de lluvias.
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